Algunos tipos de trabajo realizan aportaciones útiles y positivas para el desarrollo de un niño. El trabajo puede ayudar a los niños a aprender acerca de la responsabilidad y desarrollar habilidades específicas que beneficien a sí mismos y al resto de la sociedad. A menudo, el trabajo es una fuente de ingresos vital que ayuda a mantener los niños y sus familias. Incluso algunas organizaciones de trabajo infantil, como la Masih Iqbal un (a menor trabajador de Pakistán) pertenece, defender trabajo a tiempo parcial en determinadas condiciones y para determinadas edades. Sin embargo, en todo el mundo, millones de niños trabajan extremadamente peligrosos en condiciones perjudiciales, poniendo su salud, educación, desarrollo personal y social, e incluso su vida en riesgo. Estas son algunas de las circunstancias que enfrentan: * Trabajo a tiempo completo a una edad muy temprana * lugares de trabajo peligrosos * El exceso de horas de trabajo * El abuso psicológico, físico y sexual * limitada o nula remuneración * Trabajar y vivir en la calle, en condiciones terribles * Incapacidad para escapar de la pobreza ciclo-no tienen acceso a la educación incluso en este moderno, post-industrializado edad, millones de niños son explotados metódicamente. Según UNICEF, 110 millones de niños menores de 15 años trabajan en condiciones peligrosas. Crecen, su infancia robada, sin libertad de elección ni la posibilidad de desarrollar su potencial. Para la mayoría de ellos, la vida está escrita con sangre, sudor y lágrimas y deben ser retirados inmediatamente de este trabajo.
Esto es lo que nos cuenta un grandísimo fotógrafo Español «Fernando Moleres«. Y este es uno de nuestros granos de arena para denunciar publicamente esta situación y este tipo de abusos que tan placidamente consiente y fomenta esta sociedad MALDITA que hemos creado y a la cual nos estamos encaminando cada vez con más prisas.
La fotografía escogida para su comentario, ha sido elegida entre muchas otras por su plasticidad sin palabras y por su poder de convicción a la hora de pensar lo bien que estamos en casa, bueno que están nuestros hijos, en mi caso mis dos PRINCESAS, las cuales, si me pongo a pensar ahora mismo que sería de ellas, no puedo ni quiero hacerlo, ya que las lágrimas llegan a mis ojos sin remedio.
Contad con una entrada propia de este maravilloso fotógrafo, en la cual, publicaremos una buena cantidad de fotos, las cuales, pueden llegar a tocar la sensibilidad de más de uno.
Un saludo y espero que sea de vuestro interés.
Realmente impactante, y como todos sabrán son las fotos que mas me gustan.
Se que son imágenes muy crudas, pero es la realidad que si pueden ser mostradas a través de una fotografía quizás alguien tome conciencia y vea que estas son las cosas que no podemos permitir.
Esa «princesa» debería estar jugando, estudiando y no haciendo eso para poder subsistir o peor siendo explotada por algún padre que por no hacerse cargo de su responsabilidad la envíe a hacer ese trabajo para después gastar el dinero en alcohol o drogas.
Hablemos de la foto.
Estupenda la composición, la niña y su bolsa en primer plano (llena de descartables donde hasta se puede ver el logo de Coca Cola) que por su posición, sus ojitos cerrados, se nota el esfuerzo de caminar entre la basura, el fondo con humo, la mujer con el palo y ese pájaro carroñiero hurgando la basura, realmente espectacular.
En cuanto al foco quizás al no ser el original esta un poco pixelado todo, salvo la pollera rayada de la «princesa».
Creo que en realidad no puedo comentar mucho mas ya que me impacta tanto la imagen que creo que lo demás no importa.
Sencillamente es así Hermano. Sabía a ciencia cierta que este tipo de fotografía es la que realmente te gusta y te disgusta, ya lo sé. Efectivamente son imágenes muy duras, las cuales las tenía vistas para antes de final del año 2012, pero no quise amargar a nadie las fiestas y decidí que fueran las primeras que aparecieran como nuevas en el siguiente año 2013.
De alguna manera, intentar concienciar a todo el personal de que esto sigue pasando, y desgraciadamente seguirá pasando (TODO LO QUE COMENTAS), es algo que seguramente no podamos evitar, pero si por algún casual, aunque sea remotamente, podemos con nuestro aporte aquí en DistanciaFocal hacer pensar a UNA SOLA PERSONA que esto tiene que cambiar y que sus actos personales cambien con respecto a ello, sólo con eso me puedo dar por satisfecho, nos podemos dar por satisfechos TODOS.
Con ese motivo, la entrada que tengo preparada sobre Fernando Moleres, es DURA, tremendamente DURA, pero no puedo por ello dejar de publicarla y enseñar a los amigos de este foro, lo que con una fotografía bien hecha se puede llegar a hacer y se puede llegar a decir. Espero que os guste aunque con ello, se nos revuelvan las tripas y nos de un vuelco el corazón.
Vamos también con la foto. No tiene «desperdicio» en ningún aspecto (y el término no está dejado a la mano de Dios, está buscado intencionadamente). En el primer plano y en su zona derecha (aplicando la Regla), nos aparece el personaje principal de la imagen, la niña, la cual está cargada hasta las trancas de vasos y platos de plástico, siendo la proporción de la bolsa que lleva, mayor que su propio cuerpo.
Ese caminar pesado, cansino ya por el esfuerzo, está perfectamente acompañado por ese espacio que tiene delante de ella, toda la zona izquierda, el cual nos indica que es por donde seguirá andando entre ese fango de mierda y basura.
Al fondo y como una bruja, aunque seguramente no lo sea, ya que igual es alguna madre que no tiene más remedio que hacer lo mismo, pero sin imaginarnos eso, esta la figura de una mujer con un palo, el cual parece como el mango de la disciplina y del mando, mirando con la punta del mismo alguna cosa que le ha llamado la atención, pero nada más que eso, más que nada, para no mancharse las manos ella misma.
Junto a la mujer, nos aparece como venido del cielo para la foto, ese pajarraco negro, presagio de algo malo y más propio de las películas de brujas y de las fotos realizadas en África, con todos esos buitres siempre rondando alrededor. Mirar esta foto que ya publicamos aquí en DistanciaFocal.
Brutal verdad?. En 1994, el fotógrafo documentalista sudanés Kevin Carter ganó el premio Pulitzer de fotoperiodismo con una fotografía tomada en la región de Ayod (una pequeña aldea en Sudán), que recorrió el mundo entero. En la imagen puede verse la figura esquelética de una pequeña niña, totalmente desnutrida, recostándose sobre la tierra, agotada por el hambre, y a punto de morir, mientras que en un segundo plano, la figura negra expectante de un buitre se encuentra acechando y esperando el momento preciso de la muerte de la niña. Cuatro meses después, abrumado por la culpa y conducido por una fuerte dependencia a las drogas, Kevin Carter se quitó la vida.
Todo lo demás de la foto, está perfecto. Esa neblina, propia de la mañana tempranera, hora en la cual esta niña ya llevará horas levantada, de forma diaria y sin descanso semanal seguramente. El haberla realizado o procesado finalmente en Blanco y Negro creo que ha sido un acierto pleno, ya que le da todavía más fuerza a todos los elementos que componen la foto.
Creo que es una fotografía realmente extraordinaria y dolorosa al verla, pero necesaria de ver.
Un abrazo a TODOS
La foto es realmente impresionante Hermano perooooo
Entre otras fuentes: http://www.diariouno.com.ar/contenidos/2011/02/21/La-historia-de-una-fotografia-0019.html
Se las transcribo….
Lunes, 21 de febrero de 2011
La historia de una fotografía
18 años después, se reveló la verdad sobre la “niña” de la foto que está por morir a manos de un buitre. Y también se supo porqué se suicidó el fotógrafo que tomó la imagen.
Una investigación periodística revela la verdadera historia de la fotografía que mostró a una niña desnutrida a punto de ser devorada por un buitre en una aldea sudanesa, país que sufría de hambruna por la guerra en 1993.
La imagen llamó profundamente la atención del público por la realidad que atravesaba el país, así como despertó críticas contra el fotógrafo Kevin Carter por no haber ayudado a la pequeña de las garras del animal.
Sin embargo, 18 años después se conoce que la niña en realidad era un niño llamado Kong Nyong y que sobrevivió a ser devorado por el hambriento buitre, reveló el diario español El Mundo en su portal de internet.
Es más, aclara que la aldea donde se fotografió al bebé era un refugio de la ONU atendido por médicos franceses, donde además se abastecía de alimentos a los niños enfermos por desnutrición y desnutrición crónica.
Refiere que al ampliar la foto se puede observar que el niño tiene una pulsera en el brazo, que demuestra que era alimentado en el refugio.
Florence Mourin coordinaba los trabajos en aquel dispensario improvisado: “Se usaban dos letras: ‘T’, para la malnutrición severa, y ‘S’, para los que sólo necesitaban alimentación suplementaria. El número indica el orden de llegada al feed center”. Es decir que Kong tenía malnutrición severa, fue el tercero en llegar al centro, se recuperó, sobrevivió a la hambruna, al buitre y a los peores presagios de los lectores occidentales.
A Carter se le criticó por no ayudar al bebé y el mundo le dio por muerto a pesar de que el propio Carter no lo vio morir, sólo disparó la foto y se fue minutos después. La realidad es que ya estaba registrado en la central de comida, en la que atendían enfermeros franceses de la ONG Médicos del Mundo.
Este aspecto demuestra que Kevin Carter, quien se suicidó un año después de obtener el Pulitzer, no tenía por qué ayudar al pequeño ya que estaba bien cuidado, indica el portal de prensa.
Kong Nyong sobrevivió al ataque del buitre y de la hambruna, pero no de la fiebre que lo atacó hace cuatro años, según relata su padre.
El informe señala además que Kevin Carter no se suicidó por los cuestionamientos en su contra, sino que era una persona depresiva y que diez años antes de su muerte intentó también quitarse la vida sin éxito.
Con esa premisa, y la posibilidad de que la criatura siguiera viva a pesar de la hambruna y la guerra, El Mundo investigó 18 años después para reconstruir la historia de aquella fotografía.
La foto igual me parece mas que ESPECTACULAR, pero para que sepamos la historia….
Genial trabajo de investigación e información para todos los demás, por lo menos para un servidor, que no sabía la realidad de la foto, los motivos, el contexto y el del propio fotógrafo que la realizó.
Sin duda una grandísima fotografía.
Me cuesta comentar esta fotografía y por mi cabeza no paran de rondar los versos de Miguel Hernández.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido…
…Me duele ese niño hambriento
como una grandiosa espina
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Por eso he tardado en comentarla, porque me duele…
No conozco la situación concreta, pero desde mi punto de vista, acomodado y muy lejano, un niño nunca debería trabajar, su trabajo debería ser jugar y aprender a ser persona jugando, sin preocuparse por nada más.
El que la imagen me sea incomoda y hasta dolorosa, no quiere decir que no sea necesaria, que no sea preciso recibir de vez en cuando un aldabonazo que nos recuerde lo cerca, pese a la distancia, que tenemos la desgracia y que nos haga preguntarnos que podemos hacer para solucionarla o mitigarla.
En esta imagen el fotógrafo no es un mero espectador, al igual que no lo fue Kevin Carter en la otra que habéis comentado. Nunca lo es.
En ésta el autor transforma la escena a blanco y negro para aumentar la sensación de pobreza y miseria de la escena, incrementado el agobio del espectador el no poder ver el cielo o el fondo, cubierto por ese humo o niebla densa. El encuadre y el foco tampoco son casuales, para dejar entrever a la mujer con el palo del fondo y la silueta negra, esta nítida, del ave.
Todo ello nos esta relatando, sin decir nada, la dureza de la vida de esa niña de la cual no sabemos nada pero que con toda seguridad, es obvio en la escena, soporta una carga mayor de la que debería soportar a esa temprana edad.
Incrementa la sensación de desasosiego, el hecho de que lo que porta en su enorme saco transparente, esto tampoco es casual, sean efectos que nosotros tiramos con alegría tras disfrutar de ellos, sin pensar en su valor ni en su destino.
Así que para concluir esta argumentación, no me queda más remedio que reconocer que, al menos conmigo, ha cumplido la imagen de Fernando Moleres su cometido y me ha hecho pesar en todo lo dicho, la foto es toda una muestra de denuncia social y cumple plenamente con el fin para la que fue creada, tocando la fibra sensible de cualquiera que la vea, al igual que hizo en su momento el referido poema “El niño yuntero” de Miguel Hernández, con los campesinos de la época en España.
Mi querido Hermano Mayor Joaquín, creo que as «bordao» el contenido y el mensaje de la fotografía y del trabajo de este fenomenal fotógrafo Fernando Moreles. Al igual que Tú, estuve mucho tiempo pensando si publicarla o no, ya os dije que lo tenía todo preparado antes de año, y me parecía que ponerla en Navidades era lo mejor, de esta manera nos daríamos cuenta de la cantidad de cosas innecesarias que tenemos, que compramos, que tiramos, que almacenamos, que consumimos, que no damos valor…….pero al final, decidí dejarla para la primera imagen del año 2013.
Conmigo también ha cumplido ese cometido la foto y me ha hecho reflexionar mucho, muchísimo sobre las cosas. No me queda más remedio que vivir con la sociedad y estilo de vida que me ha tocado y hacer las cosas lo mejor posible, pero ha cambiado mucho la forma en la cual las veo ahora.
Gracias Fernando y Gracias a TODOS Vosotros y a la FOTOGRAFÍA con mayúsculas, las cuales una vez más, nos demuestras que no son un simple papel, sacado por una cámara y colocado en un portarretratos, son mucho más, ya lo creo que son mucho más.
Un abrazo y me alegro que TODOS coincidamos en lo mismo, eso denota que estamos todos en la misma línea y eso es de agradecer y muy importante para quien esto escribe.