Todos sabemos cuáles son las bondades de trabajar en RAW, pero casi todos hemos dudado antes de dar el paso de disparar en JPG, a poner la cámara en RAW y sacarle más provecho a nuestra cámara y a nuestros archivos.
Vamos a repasar las dudas que nos pueden surgir si nos decidimos a disparar en RAW, cuáles son los problemas más habituales y cómo solucionarlos de manera sencilla.

¿Caben menos fotos en la tarjeta?
Lo primero que notamos al pasar nuestra cámara de JPG a RAW es que la capacidad de almacenamiento de la tarjeta disminuye considerablemente. Esto es totalmente lógico, ya que pasamos de archivos a 8 bits comprimidos, a archivos de 12 o 14 bits sin comprimir.

Una fotografía a 8 bits capta, por canal, 2 elevado a 8 tonos de luz, o lo que es lo mismo, 256 tonos. Si trabajamos a 12 bits estamos hablando de 2 elevado a 12 que son 4096 tonos de luz por canal.

La solución a este problema es tener más tarjetas y más capacidad, o bien seleccionar más nuestros motivos y sacar menos fotos.

¿Donde están mis RAW?
Cuando descargues tu tarjeta en el ordenador no verás un archivo con extensión .raw. Verás el archivo con la extensión correspondiente al fabricante de la cámara. Cada fabricante tiene su propia extensión.

Si tienes la opción de ver archivos ocultos activada, también verás los archivos sidecar o .xmp, donde se guardan los valores de procesado de la toma: WB, exposición, contraste, brillo, saturación…

También puede pasar que no tengas instalado, en tu sistema operativo, el driver que reconoce el tipo de RAW que usas. Para solucionarlo, en muchos casos bastará con actualizar el sistema operativo o, directamente, instalar el driver que encontrarás en el CD que vino con la cámara.

¿Por qué los RAW no se ven igual que el JPG?
Los archivos JPG tienen la información asignada por el procesador de la cámara. El procesador asigna valores como el WB, la exposición, el brillo, el contraste… En un RAW tenemos unos valores estándar asignados, pero esos valores se podrán modificar con un software de procesado de archivos RAW. Los valores que asignemos a nuestro archivo RAW se podrán modificar siempre e, incluso, podremos volver a recuperar la fotografía tal como salió de la cámara.

¿Tengo que procesar todas mis fotografías en RAW?
Como he comentado anteriormente, los archivos RAW tienen unos valores estándar asignados, por lo que la respuesta a si tenéis que procesar todos las fotografías disparadas en RAW es SÍ. Pero también hay que aplicar un poco de lógica, no todas las fotografías que hacemos con la cámara nos interesan. Antes de empezar a procesar, lo mejor es hacer una selección y procesar, sólo, las fotografías elegidas.

En muchas ocasiones, varias fotografías estarán hechas en el mismo sitio y con la misma luz, por lo que podemos copiar los ajustes hechos en una fotografía y pegarlos en las restantes.

Una solución que apliqué cuando empecé a disparar en RAW fue configurar en mi cámara el modo de grabar las fotografías en RAW + JPG. Al descargarlas en el ordenador, seleccionaba los fotos que me bastaba con tener en JPG y borraba los RAW, y hacía lo contrario con las fotos que más me interesaban o de las que quería sacar más partido.

¿Con qué proceso mis fotografías en RAW?
Hablamos todo el rato de procesar en RAW pero con qué lo proceso. La respuesta más rápida en la que piensa la mayoría es Adobe Photoshop, pero no es la única opción. Con la mayoría de cámaras que tienen la posibilidad de disparar en RAW, el fabricante incluye un software de procesado. Es cierto que estos software no son tan intuitivos como el Adobe Camera RAW que tenemos en Photoshop, pero los resultados son igual de buenos y, en algunos casos, pueden llegar a ser mejores.

Para los que busquen una opción intermedia, son muy recomendables el Adobe Lightroom o el Apple Aperture, que no sólo son capaces de procesar nuestras fotografías, sino que también nos ofrecen módulos de gestión de fototeca o gestión de impresión.

Conclusión
Para comenzar a disparar en RAW, sólo hay que proponérselo y espero que el artículo os haya aclarado algunas dudas. Por si os animáis, aquí van dos consejos que os pueden ser útiles:

  • Empieza a disparar en RAW un día que las fotos no sean muy importantes o que no las necesites con rapidez.
  • Apúntate a algún curso, on-line o presencial, de procesado de archivos RAW. Nunca esta de más un poco de formación.

 

Fuente: http://www.xatakafoto.com/