Aprende a Utilizar el “Punto de Fuga” Como Elemento de Composición
La fotografía es un medio de expresión que utilizamos para representar una realidad. Puede ser la realidad que vemos o la realidad que tenemos en nuestra cabeza, puede ser fotografía documental o fotografía surrealista, sea como fuere, la utilizamos para mostrar una imagen o un concepto de la vida que nos rodea. No obstante, la fotografía y sus hermanos artísticos como pueden ser el cine y la pintura, se encuentran ante el mismo problema. El mundo es tridimensional (visualmente hablando), pero ni fotografía, ni cine, ni pintura pueden, por sí solos, representar tres dimensiones.
¿Cuáles son esas tres dimensiones de las que hablamos?
Las tres dimensiones son anchura, longitud y profundidad. La anchura y la longitud pueden representarse perfectamente en una fotografía o un cuadro; puede ser cualquier imagen con un elemento en ella; un lápiz, una manzana o un bebé. La parte más “complicada” en fotografía es la profundidad, que es la que dota a la imagen de sensación de tridimensionalidad.
¿Cómo conseguimos profundidad en una imagen?
Como ya descubrieron y teorizaron pintores como Piero della Francesca en el S XV, la sensación de profundidad y espacio se consiguen a través de la perspectiva, que no es más que la forma que tenemos de explicar la repartición del espacio, a través de la colocación de los elementos de forma que nuestro cerebro sea capaz de calcular su distancia, su tamaño, o su posición. Por ejemplo, nuestro cerebro entiende que más cercanía implica mayor tamaño y mayor lejanía menor tamaño, también es capaz de interpretar la profundidad a través del cambio progresivo de los colores de una imagen, e incluso a través de los tonos de su atmósfera.
Fuente: http://www.blogdelfotografo.com/