CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE LA EXPOSICIÓN
Dado que la exposición puede ser un tema confuso, vamos a empezar por ella. Al hacer fotografías, lo que provoca que las imágenes se registren, es la luz que llega al sensor de la cámara digital. Para crear una exposición acertada es necesaria cierta cantidad de luz, y pasarnos o quedarnos cortos, puede resultar desastroso. Para regular la luz que llega al sensor, el grado de exposición es controlado por dos factores clave: la apertura y la velocidad de obturación. La apertura la determina el diafragma, cuyas hojas pueden estar más o menos abiertas, y la obturación hace referencia al tiempo que permanece expuesta.

Una apertura grande permite pasar más luz, y una pequeña menos luz. La velocidad de obturación indica el tiempo que la luz impacta en el sensor. Estos dos parámetros forman conjuntamente la exposición, y uno puede ajustarse en función del otro. Por ejemplo, es posible elegir una apertura amplia como f/4 o una reducida como f/16, y también una obturación lenta como 1/8 de segundo o una rápida como 1/1.000 de segundo.

Existe asimismo otro elemento que influye en la exposición: el valor ISO. Cuanto más baja sea esta cifra, más luz hará falta para registrar la imagen. Esta característica no se utiliza tanto como la apertura y la obturación para controlar la exposición, y lo mejor es mantener lo más bajo posible el valor ISO porque la calidad de imagen se degrada a medida que aumenta.

CUESTIÓN DE INTERACCIÓN
Como ya hemos dicho, la apertura y la obturación trabajan juntas para producir la exposición, y debido a ello no existe una única combinación que ofrezca siempre unos resultados apropiados. Es posible usar una obturación lenta con una apertura pequeña o una obturación rápida con una apertura grande y producir una foto igual de clara. Así (1/100 de segundo a f/5.6, 1/50 a f/8 y 1/25 a f/11), dejarán pasar la misma cantidad de luz para generar una exposición idéntica. Pero, como veremos, estas opciones causarán otros efectos.

CORREGIR LA EXPOSICIÓN
Si llega demasiada luz al sensor, la foto puede quedar sobreexpuesta (es decir, demasiado clara); y si llega muy poca, quedará seguramente subexpuesta (es decir, demasiado oscura).

Tu réflex medirá la cantidad de luz por ti y sugerirá un nivel de brillo apropiado para cada imagen… aunque no siempre acertará. Por otro lado, tomar el control es fácil, pues basta con hacer una foto, examinarla y después usar compensación de exposición para que la siguiente sea más clara u oscura. En los modos P, Av y Tv, es posible usar de forma deliberada la compensación de exposición para introducir cierto grado de sobreexposición o subexposición (medido en pasos), en función de lo que se pretenda conseguir.


MODULACIÓN DE EXPOSICIÓN
A menudo no existe unanimidad sobre lo que se considera una exposición correcta, ya que a veces puede ser preferible una escena más clara o más oscura. En los sujetos con alto contraste, el brillo dependerá de la parte de la escena que se desee mostrar más claramente (una versión más clara producirá más detalle en las sombras, y una más oscura mejor color en las zonas claras). Si no acabas de decidirte, haz varias fotos usando compensación de exposición.