En la primera parte de «Uso práctico de los objetivos: 1 Angulares (I)», veíamos cómo reconocer una fotografía hecha con un objetivo angular, cómo sacarle el máximo partido a tu angular y conocíamos alguna opción para conseguir los efectos de los objetivos angulares sin tener que gastarnos demasiado dinero en material.
Bien, pues en esta segunda parte vamos a hablar sobre cómo conseguir fotografías panorámicas usando los objetivos angulares.
Antes de nada, ¿a qué llamamos fotografías panorámicas?
Clásicamente se han conocido las imágenes panorámicas como aquellas imágenes que muestran panoramas, es decir, una visión amplia de un paisaje desde un mirador.
Por extensión entendemos como panorámica cualquier fotografía que nos muestre una visión amplia de una escena. Por esto la fotografía panorámica se relaciona en muchas ocasiones con la fotografía con objetivos angulares.
Normalmente se establece que una fotografía panorámica debe ser por lo menos el doble de ancha que alta. Vamos a ver cómo conseguir una fotografía panorámica usando nuestros objetivos angulares.
¿Qué opciones tenemos para conseguir una fotografía panorámica?
Existen básicamente tres formas de obtener imágenes panorámicas. En función de la escena ante la que nos encontremos puede sernos más útil o práctica una u otra.
- Tomar una foto y recortarla para darle aspecto de panorámica
- Realizar un montaje de varias fotografías de la escena
- Hacer las fotografías con cámaras especialmente diseñadas para realizar fotografías panorámicas
Pero “fotografías panorámicas reales”, es decir, una foto el doble de ancha que alta y que muestre un panorama sin composiciones ni ordenadores de por medio, sólo podemos conseguirla mediante la tercera opción. Esto no quiere decir que ninguna de las tres opciones sea mejor que las otras, simplemente son diferentes.
Obtener una panorámica a partir de una fotografía hecha con angular
Es posiblemente la opción más sencilla de las tres. Consiste en tomar una fotografía con un objetivo angular para mostrar el máximo campo de visión posible y una vez en casa y delante del ordenador, recortar digitalmente la foto por arriba y por abajo para que quede con las proporciones de la fotografía panorámica. También podemos sacar una copia en papel de la foto y recortarla después.
Por supuesto no es obligatorio cortar por arriba y por abajo. Se puede cortar únicamente por uno de los dos lados en función de cómo sea nuestra fotografía.
Encontramos algunos inconvenientes a esta forma de obtener panorámicas:
- No ampliamos el campo de visión más de lo que podemos ampliarlo con un objetivo angular (o ultragranangular)
- Tendremos que sacrificar parte de la imagen para realizar el recorte. Por este motivo es aconsejable que antes de tomar la fotografía, pensemos si una vez en casa vamos a recortarla para darle formato panorámico y de esta manera no poner elementos interesantes de la fotografía en los cuartos superior e inferior de la foto para no tener que recortarlos después.
¿Cuándo es más útil este método?
Si tenemos una fotografía hecha y pensamos que podría quedar mejor en formato panorámico pero no tenemos acceso de nuevo a la escena, podemos usar este recorte para conseguir la apariencia de fotografía panorámica.
Mi consejo es que os encontréis ante esta situación el menor número de veces posible. Ante una escena interesante conviene pararse a pensar qué formato le viene mejor a la foto y entonces disparar sabiendo si después la recortaréis en panorámico o no.
En escenas con mucho movimiento, personas, animales o vehículos en la escena, nubes arrastradas por el viento, etc. puede sernos útil realizar las panorámicas de esta manera, aunque debemos tener presente que el ángulo de visión nunca será mayor que los 180º que podemos obtener con un objetivo ojo de pez (ultragranangular extremo).
Fuente: José Barceló