Después de tres entradas aprendiendo cómo utilizar los objetivos angulares vamos a continuar con la serie “Uso práctico de los objetivos” aprendiendo a reconocer y utilizar los objetivos normales.
Como siempre debemos empezar describiendo la normalidad, y tabién como en la vida misma, el concepto de normalidad es relativo. En fotografía se suele admitir que un objetivo es normal cuando su campo de visión y sus características se aproximan a la visión humana.
El problema para definir el objetivo normal viene influenciado por la opción de incluir o no la visión periférica. Los autores que incluyen la visión periférica cosideran que los objetivos normales son los de 35mm, los que prefieren no incluirla, optan por los 50mm como objetivos normales.
Aún así, lo más habitual es establecer que un objetivo normal es aquel que tiene una distancia focal lo más próxima a la diagonal del formato que se usa. Con sensores o película de formato de 35mm (completo o “full frame”) se consideran objetivos normales los que tienen una distancia focal de 50mm.
Si somos un poco flexibles y nos permitimos navegar en un rango de focales saltándonos la teoría más extricta, podremos considerar como normal el rango de distancias focales incluídas entre los 35 y los 70mm. Este rango nos viene bien para enmarcar las características de estos objetivos ya que las diferencias entre los 35 y los 50mm y entre los 50 y los 70mm pueden ser muy sutiles.
¿Cómo puedo reconocer una fotografía hecha con un objetivo normal?
Como hemos dicho antes, este tipo de objetivos ofrecen una visión próxima a la de la vista humana. Por este motivo al ver una fotografía hecha con un objetivo normal deberíamos tener la sensación de que lo que vemos ocurrió tal y como lo vemos.
Ser capaces de reconocer una fotografía hecha con un objetivo de 50mm, o por lo menos identificar como normal una fotografía hecha con un objetivo de distancia focal dentro del rango de los 35-70mm, nos ayudará a conocer que podemos esperar de nuestro objetivo normal.
Podemos fijarnos en los siguientes puntos para reconocer un objetivo normal:
- Campo visual: Próximo al del ojo humano. Al ver fotografías hechas con un objetivo normal tendremos la sensación de que el fotógrafo nos muestra a través de su foto, lo mismo que veríamos si nos encontrásemos ante la esa escena y no girásemos la cabeza.
- La profundidad de campo: En este caso la influencia de la apertura del diafragma y la distancia a la que se encuentre el sujeto marcarán por completo la profundidad de campo de la fotografía. Aún así es difícil conseguir desenfoques del fondo extremadamente marcados al igual que es difícil conseguir que todos los planos aparezcan enfocados. Son objetivos intermedios y es de esperar que una foto tomada con un objetivo con estas características presente una profundidad de campo intermedia.
- Distancia entre planos: Estos son los únicos objetivos que respetan las dimensiones y las distancias que podemos contemplar a simple vista. Al ver una fotografía tomada con un objetivo normal estas dimensiones se conservan prácticamente como en la realidad. Si aparece un objeto del cual conocemos sus dimensiones nos será fácil reconocerlas en la fotografía.
Pero… ¿En qué tipo de fotos suelen usarse?
Al tratarse de objetivos intermedios, este tipo de objetivos suelen usarse en situaciones generales, es decir, situaciones en las que no necesitemos un campo de visión extraordinario como el de los objetivos angulares y que no necesitemos acercarnos demasiado a los sujetos sin ser vistos como en los teleobjetivos (que aprenderemos a usar en próximas entradas).
Hemos dicho que reconoceremos una fotografía hecha con un objetivo normal porque somos capaces de reconocer las dimensiones reales de los objetos que aparecen. Entonces será fácil entender que este tipo de objetivos se utiliza para tomar fotografías de sujetos que deben conservar sus proporciones reales en la imagen.
Lo utilizan mucho aquellos fotógrafos de calle que sin querer dar sensación de lejanía o de cámara espía, no desean (por respeto o por verguenza) acercarse en esceso a los sujetos que fotografían. Además a algunos de estos fotógrafos les gusta precisamente por esa sensación de normalidad que desprenden las imágenes tomadas con este tipo de lentes y que les ayudan a acercar al espectador a la escena sin sentirse un extraño o un espía.
Algunos errores frecuentes al usar un objetivo normal:
Al tratarse de objetivos intermedios, con los que la cámara ve lo que ve el fotógrafo, es difícil equivocarse al escoger este objetivo para algún fin en concreto, aún así podríamos catalogar como “errores” intentar darle usos inadecuados a estos objetivos.
Hemos dicho que estos objetivos conservan las proporciones y esto nos podría llevar a pensar que es el objetivo ideal para retratos formales, pero no, la distancia focal más usada en retratos formales es el 105mm (en formato de 35mm full frame) que gracias a los efectos moderados de teleobjetivo ayuda a crear retratos con una atmósfera con mucho encanto gracias al desenfoque moderado pero apreciable.
Obviamente no es el objetivo más indicado para paisaje al tener un ángulo de visión más reducido que los angulares a no ser que tomáramos una secuencia de fotos para montar posteriormente una panorámica. Tampoco sería una buena opción para ir de “caza fotográfica” en busca de animales a los que realizar primeros planos ya que una de dos, o huyen por miedo o nos comen.
Entonces… ¿Cómo puedo sacarle el máximo partido a mi objetivo normal?
Siempre que quieras tomar una fotografía para reproducir fielmente lo que ven tus ojos deberías utilizar un objetivo normal o con una distancia focal lo más próxima a la normal. Por ejemplo, te encuentras ante una escultura increíble que deseas mostrar a otras personas a través de una foto, entonces con un objetivo normal conseguirás una reproducción lo más fiel a la realidad en cuanto a dimensiones se refiere.
Aprovecha para dominar al máximo la profundidad de campo. Con este tipo de objetivos la influencia de la lente sobre la profundidad de campo es mínima, quiero decir, no tienen una gran profundidad de campo como los angulares ni una profundidad de campo mínima como los teleobjetivos, por eso puedes jugar con la distancia a la que se encuentre el sujeto y la apertura del diafragma para conseguir el máximo control sobre la profundidad de campo.
Al tratarse de objetivos que ven lo que nosotros vemos y que generalmente tienen un tamaño y peso reducidos son objetivos muy cómodos para “la cámara que siempre llevo encima”, es decir, salgo a dar un paseo y no quiero llevarme la mochila con los tropecientosmil cacharros, esta es la opción más cómoda y que mejor suele adaptarse a las fotografías generales.
Con esto no quiero decir que sea un objetivo todoterreno (como sería por ejemplo un 18-200mm) sino que si por cualquier motivo te encuentras con que únicamente puedes seleccionar un rango focal y desconoces que tipo de fotografías harás, con un objetivo normal y unos pasos hacia adelante o hacia atrás podrás salvar muchas escenas.
¿Existen opciones más económicas?
La mayoría de marcas comerciales disponen de objetivos de distancia focal fija de 50mm que sin ir a los de gama alta ya son muy luminosos (máxima apertura f/1.8) y se venden a precios realmente bajos (unos cien euros). Esto hace que cualquier accesorio para simular los efectos de estos objetivos sea innecesario.
Son las lentes más económicas de todas y por lo tanto sería bastante ilógico comprarse buscando ahorrar dinero, por ejemplo, un objetivo de 35mm y un multiplicador de focal de 1.4x para conseguir un objetivo de 50mm cuando comprarse directamente el objetivo de 50mm será más económico y ofrecerá mayor luminosidad y calidad de imagen.
En resumen
Los objetivos normales respetan las proporciones de los objetos tal y como las vemos nosotros. En una fotografía tomada con estos objetivos somos capaces de reconocer, por lo menos de forma aproximada, las dimensiones de los elementos que en ella aparecen sin necesidad de referencias.
Si buscas un objetivo para llevar con tu cámara siempre encima esta puede ser una buena opción, suelen ser mucho más económicos que los objetivos zoom y acercándote o alejándote un poco del sujeto conseguirás buenos resultados. Además en caso de accidente te alegrará haber escogido el objetivo más barato para llevar siempre encima.
Fuente: José Barceló