Una de las formas de medir la luz que más se utiliza en espacios abiertos es la de tomar los valores de la exposición en el cielo y no apuntando directamente con la cámara a ninguna parte concreta de la escena. Es decir, giramos la cámara dirigiendo el objetivo hacia el cielo –no hacia el sol– ajustamos en modo «Manual» hasta que el fotómetro indique que la exposición es correcta –o ligeramente sobreexpuesta según el gusto y las técnicas de procesado de cada uno– y manteniendo la exposición volvemos a dirigir la cámara a la escena, ignorando las siguientes indicaciones que nos puedan aparecen en el fotómetro.
Este método tiene algunas ventajas: no hay que preocuparse de dónde medir la luz en cada escena y mientras que la luz no cambie radicalmente no hay casi que preocuparse de la exposición, aunque conviene no perder de vista el histograma y activar el aviso de luces altas. Es una técnica muy útil para lograr imágenes muy uniformes en cuanto a luz y colores.
Este método es válido para casi todo tipo de situaciones, incluyendo el atardecer, el amanecer y cuando hay reflejos marcados en el agua o en el mar. Otra forma es tomar la medición en el cielo que tiene más luz que el resto del paisaje y subexponer alrededor de 1 punto ó 1.5 puntos (-1EV o –1.5EV). Fialmente procesaremos nuestra imagen con Photoshop para darle el toque final a la fotografía.
Fuente: http://www.albertoclaveriafoto.com.ar/blog/
Si señor simple y efectivo.