En la búsqueda de una forma de poner orden en mi archivo fotográfico digital, cada vez mas extenso, tropecé con el programa Adobe Lightroom que un amigo me había recomendado hasta la saciedad.

Como quiera que ya lo había probado hace tiempo sin mucha fortuna, dada su forma de descargar los archivos y alimentar sus  catálogos, carpetas y colecciones me pareció complejo, pesado y tedioso. Total un ladrillo infumable, solo acto para profesionales  del medio, que tuvieran una necesidad urgente de ordenar y localizar sus fotografías rápidamente.

Le eché otro vistazo sin mucha convicción, mi amigo insistió y me envió toda serie de enlaces y videos que enseñaban a manejar el dichoso Lightroom, al que por cierto podían haberle puesto otro nombrecito (desde ahora lo llamare Lr que es mas rápido). Y ademas en ingles que se escribe de una forma y se dice de otra, con lo que me costo apréndeme el de “Fotoxo”.

Bueno pues los videos con ser, en principio, mas fáciles de asimilar, no surtieron el efecto deseado, con alguno hasta creo que me dormí, así que lo volví a archivar en la memoria.

Buscando hacer algo relacionado con la fotografía mientras nuestro Carlos (Batman), cambiaba la ubicación del bloc y se liaba un bochinche de padre y muy señor mío, con tanto hot, .com, y que se yo,  como estábamos confinados, sin poder salir de casa, caí como por casualidad en un curso online de iniciación a la fotografía, gratuito que impartía Carlos Larios en su canal de YouTube.

Por cierto de iniciación tuvo las primeras clases sobre el manejo de la cámara, luego se transformo en un curso completo y en un lugar de encuentro diario y ameno de fotógrafos aficionados y profesionales, con muchísimos conocimientos y ganas de aprender.

Durante este Curso se menciono en varias ocasiones otro curso sobre el dichoso “Lr del mismo autor. Y picado por la curiosidad comencé a leerlo; me engancho desde el principio y además de confirmar que mi perseguidor el Lr, puede ser un potente ayudante para archivar y ordenar de una forma lógica mis fotografías. Descubrí también un magnifico y sencillo “laboratorio digital” para revelar fotografías que de otra forma se quedarían en el tintero por la pereza de usar otros mas pesados que terminan por maltratar los originales o tener que trabajar con infinidad de copias cada vez más pesadas e irreversibles,  en nuestro ya fatigado disco duro.

Hoy terminé con lo publicado hasta ahora del curso de Lr. Ojalá en breve se amplíe con más lecciones como estas bien hechas y amenas.

Como la experiencia me pareció interesante he decidido hacer un post, que como veis, me ha quedado como un editorial de director de periodico, sobre mi tortuoso camino de descubrimiento del Lr.

Y como la ultima clase me ha parecido impresionante quiero animaos a seguir al menos esta clase magistral de Carlos Larios que se titula REVELAR UNA FOTO EN 10 PASOS.

Sí, solo en diez pasos y si me apuráis un poco a mi foto, que no es una maravilla, ni el mejor ejemplo, le sobraron varios pasos.

Lo dicho como yo de esto «como de casi to, no se na de na”, mejor pasaos por el Bloc de Carlos Larios y seguid uno a uno sus 10 pasos, eso sí, si empezáis por esta clase que es la 33 ( sin contar los 3 artículos necesario para seguir (1, 2 y 3)), en vez de por el principio que es lo recomendable, haced todo lo que él os dice e ir visitando los link de las clases imprescindibles de revelado que os indica. Veréis como tras ver el resultado en una de vuestras fotos interactuando a la vez con el programa, cambiáis de opinión con respecto al “insistente perseguidor” Lightroom o dicho mas fácil “Lr” y descubriréis que no es solo un fenomenal gestor de fotos.

.raw original

Con revelado en 10 paso

P.D.: (Como no siendo yo) La imagen de arriba es tal como interpreta Lr el .raw directamente llegado desde la cámara y la de abajo, es la “revelada” siguiendo uno a uno, cada uno de los diez pasos marcados por Carlos Larios sin salirme de sus directrices ni poner nada de mi parte.

Que se pueden hacer muchas cosas más con esta imagen… pues seguramente sí pero… como dicen por ahí “esa es, ya, otra historia