QUÉ ES EL EFECTO FLARE Y CÓMO EVITARLO
El “Flare” es un fenómeno que tiene lugar en un objetivo cuando inciden sobre él rayos de luz que no forman imagen en el plano focal, pero que de todas maneras lo atraviesan provocando diversos fenómenos de luz parásita que degradan la imagen.
En casos normales, estos rayos de luz son dispersos, de baja intensidad, y están repartidos en toda la superficie de la imagen, siendo casi imperceptibles. Cuando esta luz difusa se torna muy intensa ocurre una disminución del contraste, visible como un aumento del valor de las bajas luces que percibimos como negros agrisados.
Una imagen con un alto índice de Flare o velo óptico producirá un histograma en el que habrá pocos valores sobre el lado izquierdo, aún cuando tengamos motivos muy oscuros.
Cuando esta luz parásita es puntual y dirigida, se superpone a la imagen formada en el plano focal formando distinto tipo de «artefactos» o manchas luminosas, las cuales suelen tener la forma del diafragma utilizado.
¿Qué es lo que produce el Flare?
La causa básica son las reflexiones internas. Casi toda la luz que atraviesa un objetivo llega al plano focal. Pero hay una pequeña cantidad que es reflejada por su superficie. Si consideramos que un objetivo zoom actual puede estar compuesto de diez o más lentes individuales o elementos, podemos concluir que hay una importante cantidad de luz que es reflejada dentro del objetivo, dispersada y vuelta a reflejar.
Estas reflexiones son corregidas en la construcción del objetivo empleando recubrimientos y también combinaciones de lentes con diferente índice de refracción (Cristales Flint o Crowne). Estos recursos encarecen el precio del objetivo, por lo que podremos esperar mayores índices de Flare en los zoom de económicos, como los que componen el kit de las cámaras réflex digitales de nivel más básico.
Las condiciones de uso también son importantes para evitarlo: La grasitud, el polvo o la abrasión de las superficies externas del objetivo también contribuyen al aumento del Flare.
Para evitar las luces dispersas debemos recurrir al uso de un parasol eficiente. Los de diseño en forma de pétalo brindan protección adicional. También será necesario usar a veces banderas o trozos de cartón negro para controlar los rayos de luz rebeldes.
Hay que evitar en lo posible el uso de filtros UV. La gran mayoría de los sensores incorporan filtración UV e infrarroja, de modo que el uso de estos filtros es inútil, salvo como protección física en tareas que implican riesgos (viento con arena, gotas de agua dispersas, posibles golpes, etc…) Fuera de estos casos, el filtro UV agrega dos superficies aire-vidrio sin ninguna ventaja.
Trabajando en el estudio, toda luz que no esté iluminando el sujeto fotografiado debe ser eliminada. Cuando iluminamos un fondo claro debemos dirigir la luz solamente sobre el área del fondo que toma nuestra cámara. La luz que sobra a los costados será reflejada hacia el objetivo aumentando el Flare y reduciendo el contraste y la nitidez sin ningún otro resultado.
Coloqué la cámara en un trípode y encuadré un retrato. Luego ubiqué un trozo pequeño de cinta de pintor en cada punto del fondo que coincida con cada ángulo del visor. Estos cuatro puntos le indicarán el área real de fondo que usa. Toda la luz que coloque fuera de esa área es perjudicial. Tenga presente que cuanto más gran angular sea el objetivo empleado, mayor será el área de fondo necesaria. El uso de un teleobjetivo requiere un fondo más pequeño.
Al abrir los archivos RAW usaremos el ajuste Negros/Blacks para controlar el nivel del Flare sin comprometer el resto de la imagen. En la mayoría de los sujetos fotográficos, salvo que estemos persiguiendo un efecto High-Key, será necesario contar con algunos píxeles negros para aprovechar la escala tonal completa de la impresión y brindar un aspecto de mayor relieve y tridimensionalidad.
Uno de los errores más habituales que se cometen al empezar a procesar RAW es querer que se vea “todo”, aclarando en exceso las zonas oscuras. Esto nos da como resultado una imagen chata y lavada. Si quieren una imagen realista, ¡debe tener negro!
Una misma escena, tomada con dos objetivos diferentes o con un zoom en diferentes posiciones, seguramente requerirá dos niveles de ajuste de negros distintos.
El manejo del software resulta fundamental para que todos los objetivos den el mismo resultado.
Como el Flare brinda el aspecto de una fotografía sin editar, los programas de diseño 3D incorporan mecanismos para simularlo, y hoy hay pocos juegos de computadora que no incorporen una cuota de Flare para parecer mas realistas.
Por último, digamos que siempre conviene hacer una revisión de la imagen a fotografiar empleando el botón de profundidad de campo, dado que los resultados del Flare varían de acuerdo al diafragma usado.
Cuanto más acotado esté el Flare durante la toma, menos trabajo tendremos en la post-producción. Salvo que lo hayamos buscado intencionalmente. Pero esa es otra historia.
Fuente: Alberto Claveira
Muy interesante Juan Andrés y bien explicado, así que
Muy bueno.
El Tamron 500 mm. antiguo, que estoy utilizando para fotografiar la luna, lleva un parasol metálico, tan grande como el objetivo, con el interior cubierto de terciopelo negro para evitar este efecto.
Pocos aficionados a la fotografía utilizan el parasol de sus objetivos, probablemente por la idea erronea de que sólo hay que usarlo cuando luce un sol radiente, o cuando tenemos el sol enfrentado: craso error, el parasol hay que usarlo siempre.
Parte de culpa la tiene el propio nombre: parasol, que induce a error. Si se llamara paraluz difusa, que es como debería llamarse, la cosa probablemente cambiaría.
Y es que el parasol hay que tenerlo siempre montado en el objetivo, incluso en interiores o de noche, ya que nos proporciona varias ventajas:
Evita Halos indeseados.
Es su principal función. Evitar que se produzcan halos indeseados en la imagen, consecuencia de la incidencia lateral de la luz en las lentes del objetivo. La Luz se refleja en la mayoría de las superficies y puede incidir en las lentes del objetivo provocando “flare” y otros efectos indeseados, con el parasol puesto evitaremos este efecto. Eso si, hay que tener en cuenta que parasol hay que usar con cada objetivo, no vale eso de ponerle el primero que pilles. Cada parasol está pensado para cada objetivo, por lo que hay que tenerlo en cuenta.
El parasol de petalo evita el viñeteo, alargando al máximo su tamaño (de ahí su forma en los laterales). Por ello se usa mucho en «grandes angulares«.
En los objetivos “normales” o «teles» en cambio este problema desaparece, y por lo tanto los parasoles pueden ser “normales”.
También existen parasoles de goma retráctiles, que no ocupan nada de espacio puestos en el objetivo y que se retraen muy facilmente.
Protege el objetivo.
Una de las primeras compras de cualquier aficionado a la fotografía cuando se hace con un nuevo objetivo es un filtro UV, principalmente con la idea de proteger la lente exterior si la cámara o el propio objetivo sufre algún golpe.
Realmente esta idea no es nada mala, ya que este tipo de filtros tienen como función absorber la luz ultravioleta, como su propio nombre indica. Sin embargo el parasol cumple esta función a la perfección por lo que es una razón más para tenerlo siempre puesto.
Por lo tanto ya sabéis, el parasol siempre puesto, de día, de noche, con sol, con nubes, con lluvia, en interiores, en exteriores, etc… no cuesta nada y saldréis ganando.
Eso si, si queréis jugar con los halos o buscar fotos artísticas, como las del post, ya tenéis una excusa para quitárselo.
Un saludo