¿Qué es lo que debe buscarse al adquirir uno de estos dispositivos?
En la práctica nos vemos obligados a usar tarjetas que sean compatibles con nuestra cámara, y en el ámbito D-SLR la elección se sitúa entre Compact Flash y SecureDigital. Estas dos categorías también presentan variantes, pero de entrada nos ocuparemos de las distintas marcas, pues nuestra experiencia nos ha enseñado que las tarjetas de fabricantes reputados ofrecen un rendimiento robusto y fiable. También encontramos modelos baratísimos sin marca que no funcionaban en absoluto, de modo que hay que ir con cuidado.
Velocidad, tamaño y resistencia
Ninguna tarjeta de memoria durará toda la vida, pero la actual variedad flash NAND debería aguantar como mínimo un millón de ciclos de escritura y borrado. Las tarjetas actuales también incluyen una tecnología que hace que se utilicen diferentes áreas de la memoria al llenarla parcialmente en sesiones sucesivas. Sus contactos recubiertos de oro tendrían que durar por lo menos 10.000 inserciones (aunque lo mejor es no tocar los de las tarjetas SD, ya que la conexión podría deteriorarse).
Con las capacidades que hay disponibles ahora mismo, es posible guardar grandes cantidades de imágenes o largas grabaciones de vídeo sin cambiar de tarjeta. Pero también resulta aconsejable usar varias tarjetas de capacidad media (sobre todo en acontecimientos importantes como bodas o vacaciones), ya que, si una de ellas falla (algo poco frecuente, aunque a veces ocurre), no se perderá todo el contenido.
Las tarjetas más rápidas con grandes velocidades de transferencia suelen ser más caras, pero vale la pena tenerlas en cuenta a la hora de grabar vídeo Full HD. La velocidad de escritura se convierte en un factor aún más importante si se hacen largas secuencias de fotos en modo de unidad Continuo (sobre todo en formato RAW), ya que las tarjetas lentas pueden producir cuellos de botella que nos obligarán a parar.
Cómo se han analizado…
Todas las tarjetas elegidas se probaron con distintas cámaras D-SLR, y para medir la velocidad de lectura y escritura de cada una de ellas usamos una serie de cien imágenes JPEG de alta resolución con un tamaño total de 1 GB. Para llevar a cabo estas operaciones se utilizó un ordenador Windows 7 de gama alta con un lector de tarjetas compatible con UDMA muy rápido. Como la velocidad de transferencia puede variar en sucesivos ciclos de lectura y escritura, cada tarjeta se probó tres veces e incluimos en los resultados la velocidad más lenta.
DIFERENCIAS DE DISEÑO
Aparecidas en un principio en 1994, las tarjetas Compact Flash presentan dos grosores ligeramente diferentes que corresponden al Tipo I(3,3 mm) y el Tipo II (5 mm). Casi todas las cámaras D-SLR que usan CF admiten ambas clases, pero la gran mayoría de tarjetas son del “Tipo I”. Las Microdrives también son compatibles y se basan en el “Tipo II”, aunque éstas incluyen discos duros en miniatura en lugar de memoria flash y su popularidad ha declinado con el tiempo. Para las cámaras réflex que incluyen Grabación de Vídeo HD son preferibles las tarjetas CF UDMA, e igualmente son más adecuadas para manejar numerosos archivos RAW.
La modalidad SecureDigital fue introducida en 1999. Su tamaño es mucho más pequeño que el de las tarjetas CF y sólo tiene un grosor de 2,1 mm, pero continúa siendo más robusta que la endeble MultiMediaCard (MMC) de 1,4 mm en la que se basa. Las tarjetas SD y SDHC también incluyen una pestaña de protección contra escritura para evitar borrar archivos por accidente. Una nueva mejora es el formato SDXC (SecureDigital eXtended Capacity), que en teoría permite alcanzar hasta 2 TB por unidad. Panasonic y Toshiba ofrecen tarjetas SDXC de 64 GB, pero hasta la fecha sólo son compatibles con SDXC un pequeño número de cámaras D-SLR, lo cual reduce su valor.
Debido a que casi todas las cámaras D-SLR y tarjetas CF, SD, SDHC y próximamente SDXC compatibles utilizan el sistema FAT o FAT32, el tamaño máximo de cada archivo individual es de sólo 4 GB, lo cual limita la duración de los vídeos independientemente de la capacidad de la tarjeta.
[1] el chip controlador [2] envía datos entre la tarjeta y el dispositivo anfitrión y la conexión [3] se produce por medio de enchufe y patillas (CF) o contactos en la placa de circuito (SD).
EL FACTOR X
¿Qué significan las clasificaciones de velocidad y qué rapidez tienen realmente las tarjetas?
La clasificación de la velocidad de las tarjetas de memoria basada en el «Factor X» parte de una tasa de transferencia estándar de 150 KB/s que equivale al índice de transferencia de datos de una velocidad 1x de una unidad de CD-ROM. Por tanto, una tarjeta con una velocidad de escritura de 100x tiene que poder guardar datos a 15 MB/s, lo cual equivale a almacenar un archivo RAW por segundo en una Canon EOS 450D. Hoy día es habitual que los fabricantes indiquen la velocidad en MB/s en lugar de usar el sistema X.
En las tarjetas Compact Flash, la relativamente reciente variedad UDMA (Ultra Direct Memory Access), tiene el potencial de aumentar la velocidad de transferencia a 133 MB/s, aunque las velocidades nominales varían mucho entre los modelos compatibles (si bien oscilan entre 45 y 90 MB/s).
Las tarjetas SecureDigital suelen designarse con una clasificación basada en la clase (Class), que se refiere a la mínima velocidad de escritura sostenible en MB/s. Así, una tarjeta “Class 2” ofrecerá una tasa de escritura de al menos 2 MB/s, y una “Class 6” de 6 MB/s. En la práctica, algunos modelos SO y SDHC pueden suministrar índices de transferencia muy superiores a los que señala su distribución por clase. De tal suerte, una tarjeta “Class 6” podría anunciarse con una velocidad de 200x que equivaldría a 30 MB/s.
En resumen, una tarjeta CF con una velocidad de escritura de 4 MB/s o una tarjeta SDHC “Class 4” bastarán para la mayoría de capturas de vídeo HD, pero si se trata de Full HD 1080p a 30 fotogramas por segundo será mejor optar por un modelo de 6 MB/s, o bien SDHC “Class 6”. Para las ráfagas continuas de fotos (sobre todo en formato RAW), será aconsejable usar una tarjeta que tenga la velocidad de escritura sostenida más rápida que se encuentre, ya que en caso contrario tal vez te haga esperar.
VEREDICTO FINAL
En una época tan dada a los litigios como la nuestra cabría esperar que las cosas se ajusten a su descripción, pero esto no se aplica a las tarjetas de memoria. Lógicamente, las tarjetas con las velocidades anunciadas más lentas tienden a resultar decepcionantes, y las que poseen los índices más rápidos acostumbran a ser las más caras… pero entre ambas existen sorpresas agradables.
La ganga más destacable del grupo Compact Flash fue la PNY Optima de 8 GB, que ofrece un magnífico rendimiento para su precio.
Para conseguir velocidad sin gastar una fortuna, la nueva SanDisk Extreme (no las antiguas Extreme III o IV), es nuestro modelo CF favorito.
En el ámbito SDHC, los índices de transferencia de datos no parecen corresponderse demasiado con la catalogación por “Clases”. La Toshiba High Speed Pro ofreció la mejor combinación de precio y rendimiento.
Si te conformas con menos velocidad, la Kingston Class 4 proporciona una formidable relación calidad/precio.
CUIDADOS DE LAS TARJETAS DE MEMORIA
No dejes la tarjeta en el lector de tarjetas.
Aunque no creas que esté haciendo nada no la dejes en el lector de tarjetas. Este es uno de los consejos que sigo a rajatabla. Hay una tendencia a tomar fotos en una determinada salida y luego bajarlas en el lector del PC o MAC y dejarla conectada por largo tiempo. Parece que no es gran cosa pero mientras esté la tarjeta en el lector el equipo mantendrá la interacción con él. Baja las fotos y luego retira la tarjeta del lector.
Retira las Tarjetas del Ordenador de «Modo Seguro».
Evita tocar físicamente la tarjeta cuando estés subiendo las fotos a tu ordenador o en procesos de lectura/escritura, uno siempre está cargando electricidad estática y más si tienes alfombra. Si trabajas en Windows, no te olvides de usar “Quitar hardware de forma segura”.
Limita el Número de Borrados Desde la Cámara.
La regla de oro es limitar al máximo el número de escrituras en la tarjeta, puesto que tiene un número máximo de usos útiles. Evita estar borrando cada dos por tres fotos de la memoria en la cámara: dispara sin miedo, y cuando se llene, usa otra tarjeta. Cuando las hayas subido al ordenador, formatea la tarjeta. De este modo, sólo realizarás un proceso de borrado global en lugar de varios puntuales. Ya tendrás tiempo en el ordenador de eliminar las que no te gusten.
Si Aparece Algún Error, Deja de Usar la Tarjeta.
Si durante su uso en la cámara aparece algún tipo de mensaje del tipo “La memoria no puede ser leída”, aunque sólo sea temporal, reemplázala inmediatamente. Es un síntoma claro de que algo empieza a fallar. Parece un poco drástica la medida, pero es mucho mejor eso que salgas a algún sitio, tires 1000 fotos y cuando llegues a casa te des cuenta que no puedes ver ninguna (esos momentos ya no volverán a repetirse nunca, parecidos sí, pero iguales no). Es posible que todavía te encuentres a tiempo de salvar alguna foto.
Reformatea Periódicamente tus Tarjetas.
Pero ten cuidado de haber salvado todas tus imágenes. A veces, los sistemas de ficheros de las tarjetas se corrompen, sobre todo si se usan en más de un dispositivo al mismo tiempo. Reformatearlas, regenera la tabla de arranque de archivos (FAT), así que es una buena recomendación.
Mejor Varias Tarjetas Más Pequeñas que Una Grande.
Por varios motivos. Si se te llena (al final, hasta las más grandes se llenan), todavía tendrás otra con la que seguir disparando. Si se te estropea, te pasará tres cuartos de lo mismo. Además, a menudo es más rentable comprar varias que obtener el mismo nivel de capacidad en una tarjeta.
Formatea la Tarjeta en la Cámara en la que la Vas a Usar.
A veces, el firmware de las cámaras introduce ciertos elementos específicos que hacen que puedan producirse problemas de corrupción de datos si no se tienen en cuenta en la lectura/escritura desde otro dispositivo. Por eso, formatea la tarjeta en la cámara antes de usarla es la mejor opción.
Apaga la Cámara Antes de Extraer la Tarjeta.
Yo creí que este punto estaba claro pero, por si acaso, recuerdo que es muy conveniente apagar la cámara antes de extraer la tarjeta. No lo pierdas de vista.
Cambia las Baterías Antes de que se Agoten Completamente.
Si se agota la energía en un proceso de escritura de datos (al tomar una foto), se puede producir una corrupción de datos y arruinar el contenido ya almacenado. No hay riesgo de daños físicos, pero sí de pérdida de información, así que es conveniente reemplazar las baterías antes de que se agoten completamente.
Al viajar.
Lleva las tarjetas contigo, no sólo por si te las pierden, sino también porque podrían en algunos casos quedar dañadas por los escáners de equipajes, aunque esto último no se ha comprobado, pero sabemos que cada vez son más potentes debido a las medidas de seguridad cada vez más altas.
Fuente: Grupo Z
Pedazo de post te has currao.
Me alegra mucho que sea de tu agrado.
Quizás me explayé un poco es el mismo, pero la información de este tipo de dispositivos que aparece en la mayoría de los sitos, es muy escueta muchas veces y sólo se limita a decirnos la marca, velocidad y precio de los mismos.
Personalmente, me gusta saber un poco más de las cosas, por esto, espero que los detalles y aclaraciones aquí expuestos nos sirvan a todos, para tener un poquito más claro el tipo de tarjeta a comprar, o el tipo de tarjeta que nos será más útil, según nuestras necesidades o hábitos fotográficos.
Un saludo Joaquín