Las vanguardias del siglo 20, movimientos artísticos que pretendían subvertir el orden racional y crear un nuevo lenguaje estético, resolvieron definitivamente la disyuntiva entre arte o fotografía. En las décadas de 1920 y1930, Cubismo, Futurismo, Dadaísmo, Expresionismo, Constructivismo, Abstracción y Surrealismo no sólo revolucionaron las artes sino que, en muchos casos, encontraron en la fotografía una fuente de inspiración o un medio eficaz para comunicar sus nuevos planteamientos estéticos.

Al margen de la investigación artística, otros factores contribuyeron a convertir el período de entre guerras (1919-1939) en la edad de oro de la creación fotográfica. La manejabilidad de nuevas cámaras como la Leica facilitó el acceso a la fotografía de nuevos sectores. Entre estos grupos abundaron los pintores y arquitectos. Los avances en las técnicas de revelado permitieron, además, el incremento de revistas ilustradas, que a su vez impulsaron la divulgación de la fotografía.

En la segunda década del siglo, los fotógrafos ya habían iniciado un camino renovador que iba a arrinconar las normas del Pictorialismo, el estilo hasta entonces dominante. Los italianos Anton Giulio y Arturo Bragaglia ensayaban el «fotodinamismo» con la intención de captar la esencia del movimiento; el estadounidense Alvin Laughton Coburn creaba las «vortografías» experimentos de corte cubista; y Frantisek Drtikol introducía la modernidad en la fotografía checa con sus desnudos en escenarios de Art Déco. Mención aparte merece la escuela húngara, que proporcionó un listado innumerable de fotógrafos vinculados a las vanguardias, entre los que destacan Martin Munkácsi, Lázsló Moholy-Nagy, André Kertész y Gyula Halász, más conocido como Brassaï, y que se definió por su alto nivel calidad técnica y un particular sentido visual.

Finalmente, el Dadaísmo, movimiento irreverente y nihilista concebido en 1916 en la neutral Zúrich, que se extendió a Alemania, Francia y Estados Unidos, dio a la fotografía carta de naturaleza como medio válido para la expresión artística. Inspirándose en assembfages y collages de los cubistas

Braque o Picasso,los fotomontajes y fotocoffages antibelicistas y antiburgueses de Raoul Hausmann y de Helmut Herzfeld (John Heartfileld) caracterizaron el Dadaísmo berlinés. Los trabajos fotográficos del constructivista ruso El Lissitzky y del húngaro Lázsló Moholy-Nagy también se basaron en este modelo. Moholy-Nagy teonzaría en 1923 sobre la expenmentación fotográfica en la Bauhaus, innovadora escuela alemana de artes aplicadas, inaugurada por el arquitecto Walter Gropius y que contó entre su profesorado a pintores de vanguardia como Paul Klee y Vasili kandinsky.

También en Alemania surgió la Nueva Objetividad, un movimiento que reivindicaba la esencia misma de la fotografía -ajena a cualquier manipulación de la imagen- pero con una forma novedosa de expresar la realidad, próxima a los nuevos puntos de visión proclamados por las vanguardias. Sus postulados se extendieron por Europa y dieron pie a la Straight Photography estadounidense.

«Para educar al hombre a ver de una manera nueva, uno debe mostrarle los objetos cotidianos desde perspectivas totalmente insólitas y en situaciones inesperadas”. Esta cita del pintor constructivista ruso Alexander Rodchenko -que utilizó el fotomontaje como herramienta de propaganda política y fue autor de efectistas imágenes con planos en picado, contrapicado y vistas basculadas- sintetiza la ambición de la fotografía de entreguerras.

A mediados de los años 20, el Surrealismo, heredero de las formas artísticas del Dadaísmo, se consagró en París como la principal corriente artística de la vanguardia europea. Su impulsor, el escritor y crítico de arte francés André Breton, dotó al movimiento de una fuerte carga freudiana al dar prevalencia a las manifestaciones artísticas derivadas del deseo, los sueños y el subconsciente. Los revolucionarios postulados del Surrealismo crearon un clima de exaltación artística en el París de principios de siglo. En este ambiente de constantes nallazgos estéticos trabajaron el estadounidense Man Ray, los húngaros André Kertész y Brassaï, el letón Philippe Halsman y el francés Enri Cartier-Bresson, fotógrafos que crearon o fueron influidos por los principios vanguardistas.

Entre ellos sobresale la figura de Man Ray, pintor fundador del Dadaísmo en Nueva York. -No sólo fue el fotógrafo por excelencia del Surrealismo sino que experimentó nuevas formas de expresión fotográfica, como las “rayografías» y las solarizaciones. Las primeras son fotografías realizadas sin cámara, donde se captan objetos dispuestos sobre papel sensible expuesto directamente a la Luz. Man Ray mostró también una gran maestría en el dominio de la solarización que descubrió accidentalmente en compañía de la fotógrafa Lee Miller cuando ésta era su ayudante de laboratorio, y que consiste en la exposición a la luz blanca de una copia durante el revelado. La imaginación y la calidad técnica de su trabajo le convirtieron en una figura de gran proyección profesional. Maestro de otros grandes fotógrafos -por su estudio parisino pasaron, entre otros, Berenice Abbot, la mencionada Lee Miller y Bill Brandt-a él se debe el descubrimiento de la obra de Eugéne Atget (1857-1927), considerado como un precursor avant-la-lettre del Surrealismo fotogragfico.

Otro maestro de fotógrafos fue el autodidacta André Kertész, quien experimentó con desnudos distorsionados en espejos en su serie Distorsiones. Kertész introdujo en la fotografía a su compatriota Brassaï, cuyo libro de fotografías Paris de Nuit ha sido ampliamente imitado e inspiró al joven Cartier-Bresson. Sus imágenes de los tipos populares de París, su sentido de la composición y la sensibilidad de su objetivo le convirtieron en uno de los maestros del fotorreportaje.

Los primeros años de la trayectoria profesional de Henri Cartier-Bresson estuvieron también influidos por las concepciones estéticas de André Breton. Pintor frustrado, Cartier-Bresson ensayó en sus primeros años como fotógrafo un estilo altamente expresivo y mantuvo siempre al alcance de su cámara a los protagonistas del arte de vanguardia.

También el retratista Philippe Halsman abrió un estudio en París y se relacionó con los surrealistas, especialmente con Man Ray y Salvador Dalí. Amigo de este último, colaboró a menudo con el pintor cataíán en composiciones fotográficas de carácter fantástico y surrealista.

Autorretrato de Man Ray, realizado en 1931 mediante la técnica de la solarización

El circo, Budapest, Hungría by André Kertész, 1920

El violín de Ingres, París, Francia by Man Ray, 1924

Los lentes y la pipa de Mondrian, París, Francia by André Kertész, 1926

Chez Mondrian, París, Francia by André Kertész, 1926

Distorsión nº 60, París, Francia by André Kertész, 1933

El tenedor, París, Francia by André Kertész, 1928

Cristal roto, París, Francia by André Kertész, 1929

Natacha, París, Francia by Man Ray, 1930

Lirios de agua, París, Francia by Man Ray, 1930

Lágrimas, París, Francia by Man Ray, 1932

Negro y blanco, París, Francia by Man Ray, 1926

Pareja en el café Quatre-Saisons, París, Francia by Brassaï, 1932

El riachuelo serpenteante, París, Francia by Brassaï, 1932

El ciclista, Hyères, Francia by Henri Cartier-Bresson, 1932

Henri Matisse, Vence, Francia by Henri Cartier-Bresson, 1943

Jean cocteau by Philippe Halsman, 1949

El pintor Salvador Dalí by Philippe Halsman, 1953

Dalí atomicius Dalí by Philippe Halsman, 1948

Picasso, Valluris, Francia by Henri Cartier-Bresson, 1954

Alberto Giacometti, París, Francia by Henri Cartier-Bresson, 1961

 

Man Ray

(1890-1976)

Nacido enFiladelfia con el nombre de Emmanuel Radnitsky. Man Ray fue el primogénito de un matrimonio judío que se trasladó a Brooklyn, y es uno de los grandes nombres de la historia de la fotografía. Pintor y dibujante, se inició en fofotografía reproduciendo sus propios cuadros. En1915 conoció al pintor Marcel Duchamp, con quien fundó el movimiento dadaísta de Nueva York. En 1921 llegó a París y engrosó las filas del Surrealismo. Fascinado por la óptica y la química, sus «rayogramas» y la aplicación artística de la solarización, además de la calidad de sus trabajos comercialesy cinematográficos, le consagraron. En 1940 se instaló en Hollywood, donde se casó con la bailarina Juliet Browner. En 1951, de nuevo en París, experimentó con la fotografía en color.

 

Bassaï

(1899-1984)

Nacionalizado francés, Gyula Halász nació en Brassó (en aquel entonces Hungría, en la actualidad Rumanía), de ahí su seudónimo Brassai:»procedentede Brassó». En 1923 se estableció en Paris, donde trabajó como periodista, pintor y escultor y contactó con artistas como Picasso o Dalí. Alcanzó la fama al publicar Paris de Nuit (1932), que recogía las imágenes de la noche parisina que había captado con una cámara de aficionado. El libro le valió el calificativo de «Ojo de París» por parte de Henry Miller. Durante la década de 1930 colaboró con las revistas Minotaure, Uerve y Harper’s Bazaar, y realizó reportajes sobre los estudios de los artistas más destacados del momento. En 1963 abandonó la fotografía, pero siguió publicando libros. En 1974 fue investido Caballero de las Artes y las Letras de Francia.

 

Henri Cartier-Bresson

(1908-2004)

Inicialmente dedicado a la pintura, el francés Cartier-Bresson publicó su primer reportaje gráfico en 1932 en “Vu”. Más tarde trabajó para Life y Paris-Match, y en el cine como ayudante de Jean Renoir. Movilizado como fotógrafo cayó prisionero de los nazis, de los que logró huir tras 36 meses de reclusión y dos intentos fallidos de fuga. Fundador de Magnum en 1947 –junto con Capa, Seymour y Rodger-, realizó reportajes en numerosos países del mundo. En 1952 se consagró con “lmages á la sauvette” (prologado por él mismo con su doctrina sobre «el instante decisivo»). En 1970 abandonó la fotografía para volver a la pintura y el dibujo, a los que se dedicó hasta su muerte, en 2004.

 

André Kertész

(1894-1985)

De padre judío y madre cristiana, Kertész nació en Budapest. En 1912 compró su primera cámara y empezó a estudiar fotografía de forma autodidacta. Resultó herido en la Primera Guerra Mundial y durante su convalecencia tomó fotos de los soldados en sus ratos libres: sus trabajos empezaron a ser publicados. En 1925 se instaló en París, donde fotografió a artistas como Chagall, Léger, Brancusi o Mondrian, y las calles de París. De esa época datan sus series Distorsions (desnudos femeninos de formados mediante espejos). Enfants y Paris vu par Kertész. En 1936 se trasladó a Nueva York, donde fijó su residencia y trabajá para revistas de moda y decoración. Provisto de una especial visión poética y de un agudo sentido de la composición, se le considera uno de los padres del fotorreportaje.

 

Philippe Halsman

(1906-1979)

Uno de los mejores y más originales retratistas del siglo XX, Halsman nació en el seno de una familia judía de Riga (Letonia). Estudiante de ingeniería en Dresde antes de iniciarse en la fotografía, en 1928 se instaló en París. En la capital francesa conoció a Man Ray y abrió un estudio en el que retrató a Gide, Chagall y Le Corbusier. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial huyó a Estados Unidos, cuya nacionalidad adquirió en 1949. Allí realizó numerosos retratos para la revista Life. Colaborador y amigo de Salvador Dalíy dotado de gran sentido del humor, Halsman concibió la serie Jumpology (imágenes de saltos), en la que políticos, pintores, escritores, estrellas de cine y empresarios saltaban frente a su cámara. Esta serie y sus retratos de Dalí le proporcionaron fama internacional.

Maestros de la Fotografía es una obra original de Estudi Cases, Buenos Aires (Argentina) ©2008 Estudi Cases. Todos los derechos reservados. ISBN 978-84-9899-099-7 (obra completa); 978-84-9899-109-3 (de este libro). Depósito legal TO-0012-2009. Impreso en la UE. Idea original Joan Ricart. Coordinación Mar Valls. Redacción Vicente Ponce, Joan Soriano. Diseño Susana Ribot. Maquetación Clara Miralles.

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