Deporte es una actividad lúdica, competitiva y reglada que pone en juego cualidades como la coordinación, la fuerza y la habilidad de los competidores. Practicado desde la Antigüedad, ha tenido una historia desigual, con épocas de apogeo y de decadencia. Producto del ocio, tiene un origen urbano y se considera un signo de civilización en todas las latitudes. Desde siempre estu¬vo muy ligado con los entrenamientos para la guerra, por lo que entre las competiciones más antiguas se encuentran los combates, las carreras pedestres y los lanzamientos de jabalina.

Los Juegos Olímpicos, que marcaban un interludio de paz entre las siempre enfrentadas polis grie¬gas, constituyen la primera vinculación entre deporte y política de la historia. Bajo la Pax Romana, las pruebas atléticas en el estadio fueron sustituidas por las carreras de carros y los violentos jue¬gos del circo, que dieron al ejercicio físico su dimensión de espectáculo. La sociedad rural de la Edad Media abandonó la práctica habitual del deporte, aunque, de nuevo en las ciudades, se cele¬braron torneos o justas entre caballeros, una variedad de los juegos romanos que otorgó a la prácti¬ca deportiva un carácter aristocrático que perduró hasta el siglo XX, especialmente en los deportes practicados a caballo. El sumo, una lucha a manos desnudas de origen rural, es un ejemplo de espec¬táculo que durante siglos se reservó a la aristocracia y que se popularizó en Japón durante el shogunado Tokugawa (siglo XVII-XIX) con el ascenso de la nueva clase urbana de los comerciantes. Mezcladas con la racionalidad de la ilustración, las ideas románticas sobre el contacto del hombre con la naturaleza dieron pie al nacimiento del deporte tal como se entiende actualmente. Los británicos fueron los pioneros en la reglamentación de las competiciones individuales y en equipo. La práctica deportiva se introdujo en los principales colegios, y más tarde en las universidades como uno de los fundamentos de la educación integral. A principios del siglo XX, el civilizado modelo inglés se había ex¬tendido por el resto de Europa, América y el mundo colonial. Además, se habían popularizado nue¬vos deportes, como el fútbol, gracias a la creación de entidades de apoyo como las federaciones.

El encuentro entre deporte y fotografía se produjo en las últimas décadas del siglo XX. Los fotógra¬fos experimentales, ansiosos por captar el movimiento, convirtieron el deporte en el objetivo ideal de sus máquinas, como lo demuestran los trabajos del británico Eadwearc Muybrigde (seudónimo de Edward James Muggeridge), del francés Étienne-Jules Marey o del estadounidense Thomas Eakins. De hecho algunas escenas de los primeros Juegos Olímpicos de la Edad Moderna, celebrados en Atenas en 1896, ya fueron captadas por las cámaras fotográficas.

Tras la Primera Guerra Mundial, los avances técnicos en la toma, revelado e impresión de fotogra¬fías, mezclados con e¡ interés creciente por las competiciones y las proezas deportivas facilitaron la aparición de revistas ilustradas, algunas de ellas especialmente dedicadas al deporte y sus prota¬gonistas. Pronto surgieron fotógrafos como el francés Jacques-Henri Lartigue, el húngaro Martin Munkácsi o la alemana Leni Riefenstahl, apasionados por la velocidad, el ejercicio físico o el culto al cuerpo. El cine y la televisión han popularizado definitivamente las competiciones deportivas y han contribuido a extender su práctica incluso entre colectivos a los que antes les estaba vedado por in¬capacidades físicas o mentales.

El interés que suscitan en millones de espectadores eventos deportivos de la envergadura de los Juegos Olímpicos ha desbordado su concepción original. En ocasiones estos acontecimientos se han con¬vertido en altavoces de intereses ajenos al deporte, como ocurrió en Berlín ’36, con la propaganda nazi, en México ’68 con las protestas de los corredores negros estadounidenses contra la segregación racial en su país o en Múnich ’72 con el asesinato de 11 atletas israelíes por un comando palestino.

Sin ceñirse a La fotografía de género deportivo, este libro recoge la visión de cinco grandes fotógrafos -Martin Munkácsi, Henri Cartier-Bresson, Ferdinanando Scianna, Raymond Depardon y Thomas Hoepker- sobre diferentes aspectos del deporte o relacionados con la actividad física. El modo en que abordan el tema los cinco fotógrafos permite distinguir entre la visión periodística de Depardon, por un lado, y la antropológica y artística de Cartier-Bresson y de Scianna por otro. A medio camino entre ambos se hallan Hoepker y Munkácsi. Como buen reportero, Raymond Depardon ajusta sus capturas al acontecimiento que está fotografiando y a los requerimientos del medio que le ha en¬cargado el trabajo. Fruto de su larga experiencia como periodista deportivo, el francés atrapa en sus instantáneas la esencia de las pruebas deportivas en los momentos que mejor las definen. Depardon también es autor de reportajes de contenido social.

Por su parte, Henri Cartier-Bresson y Ferdinando Scianna muestran en sus fotografías una clara tendencia humanista y artística, «inspirada por el Surrealismo en el caso del francés, y por el Neorrealismo en el del italiano”. Cartier-Bresson ha reconocido el impacto que le causó la conocida fotografía de Munkácsi «Niños corriendo en la orilla” (Libreria,1930) y la influencia decisiva de este Fotógrafo. Vinculado a las vanguardias como Cartier-Bresson, Martín Munkácsi, de origen húngaro, imprimió movimien¬to a la fotografía, hasta entonces bastante estática. Su objetivo preferido en una primera etapa fueron los deportistas y los bailarines. Más adelante trabajó en moda y publicidad, terrenos en los que también aportó movilidad, en este caso a las modelos, contribuyendo de manera notable a la creación de la imagen de la nueva mujer occidental, activa e independiente.

La obra del alemán Thomas Hoepker se halla entre el antropologismo y la profesionalidad periodís¬tica Un ejemplo de ello es su reportaje sobre Muhammad Alí (ex Cassius Clay). Fascinado por la ar¬rolladora personalidad y clarividencia del boxeador estadounidense, Hoepker contribuyó con este tra¬bajo a cimentar la leyenda del controvertido púgil, amigo de Malcolm X y defensor de los del civiles de la población negra en Estados Unidos, incluso antes de negarse a cumplir el servicio militar y ser enrolado para luchar en la guerra de Vietnam. El reportaje que dedicó, años después, al Míster Universo Arnold Schwarzenegger puede interpretarse como un síntoma del cambio de los tiempos en Estados Unidos a través de las figuras de sus ídolos deportivos.

 

 

 
 

Henri Cartier-Bresson

(1908-2004)

Inicialmente dedicado a la pintura, el francés Cartier-Bresson publicó su primer reportaje gráfico en 1932 en “Vu”. Más tarde trabajó para Life y Paris-Match, y en el cine como ayudante de Jean Renoir. Movilizado como fotógrafo cayó prisionero de los nazis, de los que logró huir tras 36 meses de reclusión y dos intentos fallidos de fuga. Fundador de Magnum en 1947 –junto con Capa, Seymour y Rodger-, realizó reportajes en numerosos países del mundo. En 1952 se consagró con “lmages á la sauvette” (prologado por él mismo con su doctrina sobre «el instante decisivo»). En 1970 abandonó la fotografía para volver a la pintura y el dibujo, a los que se dedicó hasta su muerte, en 2004.

 

Martin Munkácsi

(1896-1963)

Nacido en Hungría y formado como pintor, Munkácsi realizó sus primeros trabajos como fotógrafo profesional en el diario deportivo AZEst de Budapest. De 1927 a 1930 vivió en Berlín, donde trabajó en la editorial Ullstein Press y en su innovador periódico Berliner Illustrierte Zeitung. La situación política en Alemania lo empujó a trasladarse a Nueva York en 1934. Ese mismo año publicó un reportaje de moda en la revista Harper’s Bazaar que tuvo gran repercusión. Munkácsi renovó la concepción de la fotografía de moda y publicitaria con sus tomas en exteriores y con modelos en actividad. Destacan sus trabajos para Life y su serie HowAmerica ¡¡ves para el Ladie’s HomeJournal, que documentaba la vida diaria de los estadounidenses.Tras sufrir un infarto en1943 su actividad profesional disminuyó notablemente.

 

Ferdinando Scianna

(1943)

La curiosidad por las cuestiones antropológicas condujo al italiano Ferdinando Scianna a interesarse profesionalmente por la fotografía, el periodismo y el cine. Licenciado en Filosofía y especializado en Historia del Arte por la Universidad de Palermo, comenzó, con la colaboración del escritor Leonardo Sciascia, a reproducir de manera sistemática los lugares, las costumbres y los tipos de su Sicilia natal en libros y películas. A partir de 1967 trabajó para la revista L’Europeoy comenzó a viajar por todo el mundo. Diez años más tarde conoció a Cartier-Bresson y publicó Los sicilianos. En 1987 ingresó como asociado en Magnum y orientó su carrera como fotógrafo hacia el mundo de la moda, publicando en Dolce y Gabana. Ha colaborado para numerosas revistas de todo el mundo y ha publicado varios libros.

 

Raymond Depardon

(1942)

De formación autodidacta, este polivalente fotoperiodista y director de cine francés empezó fotografiando la granja de su familia a los 12 años. Pocos años después entró como aprendiz en un estudio de fotografía y óptica. En 1960 empezó atrabajar como reportero gráfico para la agencia Dalmas en París y destacó como corresponsal de guerra. En 1966 fundó la agencia Gamma y en 1978 ingresó en Magnum. Aunque no está especializado en fotografía deportiva, cubrió los Juegos Olímpicos desde 1964 a 1980. En 1984 participó en el programa DATAR encargado por la administración francesa para documentar el paisaje rural francés. Objeto de numerosos reconocimientos y destacado director cinematográfico, su documental Délits Flogrants (Delitos flagrantes) mereció el premio César -el Óscar francés- en 1995.

 

Thomas Hoepker

(1938)

Nacido en Munich y licenciado en Historia del Arte y Arqueología, Hoepker empezó a hacer reportajes fotográficos por todo el mundo para las revistas loca les Münchner Illustrierte y Kristall. En 1964 ingresó en la plantilla del semanario Stern, para el que trabajó en colaboración con su primera esposa, la periodista Eva Windmoeller, en la antigua Alemania del Este y en Nueva York Fino estilista del color, ha sido director de arte de Stern, director de fotografía de la edición americana de la revista Geoy presidente de la agencia Magnum entre 2003 y 2006. Productor de documentales, ha trabajado para la televisión alemana. Galardonado en 1968 con el prestigioso premio Kulturpreis de la Sociedad Alemana de Fotografía, sus reportajes han sido objeto de valiosos galardones. Desde 1976 reside en Nueva York.

Maestros de la Fotografía es una obra original de Estudi Cases, Buenos Aires (Argentina) ©2008 Estudi Cases. Todos los derechos reservados. ISBN 978-84-9899-099-7 (obra completa); 978-84-9899-177-8 (de este libro). Depósito legal TO-0020-2009. Impreso en la UE. Idea original Joan Ricart Coordinación Mar Valls. Redacción Vicente Ponce, Joan Soriano. Diseño Susana Ribot. Maquetación Clara Mirones.